domingo, 1 de noviembre de 2009

THE SIDES OF A FACE

Quién sabe contar a los incondicionales, o quién ha descubierto cuantos lados tienen esas personas que a veces se convierten en churumbelos, pero quién sabe cuando confiar y desconfiar de un aliado, con ese sentido de mendaz imperecedero. Hoy sé que Dios pronostico aquel beso vendedor de Judas Iscariote, pero nunca creí que las cosas cambiaran como un chasquido de dedos, o un guiñado de ojos tétricos, mustios y taciturnos como un apuñalado por la espalda.

Los lados de un rostro son indescifrables, donde sólo las cosas falaces buscan un rincón de la ciudad, de aquellas calles que un vagabundo conoce como la palma de sus manos, como el desgaste de los zapatos de tanto caminar, como un loco que busca una migaja de pan para atiborrar el hambre, así como la amistad busca un compañero, un testigo fidedigno, una fuente de información y desahogo para eliminar ese estrés de una vida cotidiana, de una existencia por el goce de otro sin saber como un día te pueda pagar o simplemente puedan convertirse en uno de tus peores críticos y de ese maleteo.

Jesús antes de su muerte dijo: “LO QUE LES DIGO A USTEDES, A TODOS SE LOS DIGO, MANTENGANSE SIEMPRE ALERTAS”, de la manera que él nos lo predijo así hoy les pido con el corazón roto en mil pedazos como aquella canción de los años noventa, y de las pericias de un caso del cual ya no recuerdo y no ubico en el famoso buscador de Internet, ni mis mismos compañeros de trabajo, ni en el diario me dan una respuesta lógica y con una razón para dejar de ser el monstruo del Apocalipsis del siglo XXI o de esta vida que hoy me enseña a vivir con ella.

Los lados de mi corazón han descartado una de las espinas de un mundo lleno de dragones, de esos que botan fuego con cada palabra para el maleteo, de aquel beso de un hola o despedida, sin saber cuando es verdadero o falso, pero nadie esta libre de pecado del espaldazo, reconozco que también lo hice pero siempre agarre esos puntos fuertes de cada uno y dándoles ese golpe de suerte que hagan de ellos un buen comunicador, un buen amigo, un buen compañero y sobre todo un buen confidente.


Ahora quien sabe cuantos lados tiene un rostro, una palabra, una mirada, un gesto o un beso en las mejillas, nadie lo sabe mucho menos aquel que la pestañado al escribir este artículo pero a sentido, a oído, a escuchado todas las cosas que están en los párrafos arriba, así es que la historia aún no a terminado porque en cada lugar nunca le vas a caer bien a todo el mundo y mucho menos a ti mismo si no sabes ganarte a los demás….


Jorge Sanchez